La sangre no viene puesta con la cama del hospital como si fuera un gotero

Fuente: El Comercio Digital
Lleva 13 años al frente de la gerencia del Centro Comunitario de Sangre y Tejidos del Principado y en este tiempo lo ha intentado casi todo para que los hospitales dispongan de hemoderivados suficientes. Ahora, María García Hernández (Salamanca, 1958) se embarca en una nueva campaña de donación con la que Sanidad intenta afrontar un nuevo reto: el incesante incremento del consumo de sangre en los hospitales.

¿Falta sangre en Asturias?

Sí, bastante. Nos resulta cada vez más difícil tener stock suficiente. Vivimos al límite porque casi todas las bolsas de sangre que logramos en el día se acaban consumiendo.

¿Y eso cuánto es?

De media conseguimos unas 200 bolsas diarias, que no está mal. El problema es que aumentó muchísimo el consumo en los hospitales, en particular en el Hospital Central.

¿Cuántos donantes de sangre hay?

Unos 26.000. Se trata de donantes muy fieles y comprometidos, pero que resultan insuficientes para las necesidades que empezamos a tener.

¿Bajó la donación de sangre?

No, no, en absoluto. De hecho, el año pasado tuvimos más donantes. Un 2,14% más. En 2014 sacamos 41.104 bolsas, que son 1.037 más que el año anterior. Pero el consumo de sangre en los hospitales se disparó.

¿Cuánto creció?

Este año los hospitales nos han pedido un 10% más de hematíes, que es lo que se suele usar en las operaciones, y un 7% más de plaquetas, que se emplea para hemorragias y terapias oncológicas. Pero es que solo en el HUCA el aumento fue del 20%. Ese ritmo no lo podemos seguir, al menos no con la cifra actual de donantes.

¿Y qué se puede hacer?

Hemos puesto en marcha una campaña para intentar conseguir nuevos donantes, sobre todo, entre la población joven que es a la que no logramos convencer ni fidelizar. La campaña lleva por lema ‘¡Que no se diga que no tenemos sangre en las venas!’. Confiamos en que la población tome conciencia de que ese consumo tan elevado de los hospitales no puede recaer solo en 26.000 personas. Tenemos que ayudar entre todos porque la bolsa de sangre no viene puesta con la cama del hospital como si fuera un gotero, sino que sale del brazo de una persona que solidariamente ha decidido dar una parte de sí misma.

¿Cuántos donantes aspiran a conseguir?

Tendríamos que pasar de 150 bolsas diarias a unas 200. Dicho así parece fácil pero no lo es. Sobre todo, en un corto periodo de tiempo.

¿Qué más tienen en mente?

Pensamos en aumentar los puntos móviles de extracción e intentar rentabilizar más las salidas programadas.

Lo de volver al viejo modelo de solicitar sangre a los familiares de enfermos hospitalizados, ¿lo plantean?

No soy muy partidaria de ese modelo, pero sí de hacer ver a la gente que la sangre no se genera sola. A lo mejor lo que se puede hacer es intentar comprometer a los familiares a que repongan sangre en el momento en que les venga mejor.

¿Quién puede donar y dónde?

Solo hace falta tener entre 18 y 70 años y pesar más de 50 kilos. Hay cuatro puntos fijos para donar y están aquí, en el Centro Comunitario, en Oviedo; en el centro de salud Puerta de la Villa y en el Hospital de Cruz Roja, en Gijón, y en la asociación de Donantes de Sangre de Avilés. Luego están los puntos móviles que solemos anunciar cada semana.

Decía que los hospitales piden cada vez más, ¿operamos por encima de nuestras posibilidades?

Uf, no lo sé. Imagino que los hospitales programan lo que se necesita. Lo que tendríamos que conseguir, ellos y nosotros, es acompasar los tiempos.

¿Hubo que pedir sangre fuera?

El año pasado, un par de veces.

¿Y suspender operaciones?

No, sobre todo gracias al esfuerzo hecho desde el Centro de Sangre y Tejidos y a la solidaridad de los donantes habituales.

¿En qué se consume más?

Ahora parece ser que en el HUCA están haciendo mucha cirugía cardíaca y eso lleva mucha sangre. También los tratamientos oncológicos.

¿Una bolsa de sangre para cuánto da?

Depende, pero de media, con la sangre de un donante se puede tratar a tres personas.